Voló plácidamente
a su cobijo natal
era blanco y celeste
o de un color celestial.
Sus plumas eran suaves,
cayeron en su volar.
Sus plumas estaban tibias,
cayeron al manantial.
El pájaro huyó del nido
con pánico quizás,
pues estaba destruido
dónde se cobijaría?
Entonces voló a mis manos
a refugiarse, quizás,
y ahora el pájaro es mío
y es mío su bello cantar.
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