Esta distancia parece, a veces, aún más lejana
y cada día quien me acaricia es la soledad,
vienen recuerdos de todas partes hasta mi almohada
y son tus manos con tus caricias y tu soledad.
Un adiós que no pude decir, adiós,
se atraviesa en mi garganta
al morir una llamada
y darme cuenta que me faltas...
que me faltas.
Sueño sólo tu regreso, ir a esperarte,
entre la gente, buscar tu rostro en la estación.
Pero ahora estoy sola y ya es muy tarde,
llueve esta noche y hace frío en mi habitación.
Un adiós que no pude decir, hoy no,
cuando vuelvas a mi vida
morirán tus agonías
cambiarán todos mis días
nuestros días.
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