Cada vez que estás rendido
yo recuerdo aquella noche
en que tú y yo decidimos
olvidar todo reproche.
Yo estaba aún muy lejos
y conmigo te llevé
por mi luna, de paseo
y contigo regresé.
Yo te dije tantas cosas
que quizás te lastimé
por no ver tu alma sola
y quizás me herí también.
Esa noche fue naciendo
sin que pudiera saber
lo que ahora siento mío,
tú me hiciste sentir bien.
Cada vez que tú me miras
vuelven mis ojos a ver
en tu rostro las heridas
que desde esa noche amé.
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