Si algún día llegas a mi puerta
no me pidas frenos ni reservas,
la ansiedad será tanta, será más,
que todo lo imaginado, será real.
Sentirte de verdad, piel en mis manos,
como adolescentes tocarnos,
desde la inocencia de no tenernos,
con la certidumbre de conocernos.
Ahí detenidos quedarnos
la vida por los ojos mirarnos
no importa el tiempo que esperamos,
de este tiempo tan solos contarnos.
Cada instante me sabrá a poco
queriendo regresar, relojes rotos,
a la vida que soñamos, pobres locos!
a los días de vida, hoy de otros.
No entristezcas amor, todo ha pasado
nos toca ahora entrar al ruedo
desquiciados de tanto volar alto
sin temor a encontrarnos y vernos.
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