El sol se quedó en tu rostro
guardando carmín con arena
encendió dentro, en tus ojos
las llamas con que me quemas.
Del mar te quedó el salitre
que saboreo, poco a poco
y de barcas viendo el irse
velas henchidas, alas que soplo.
Para que alcanzando vuelo
puedas encontrarme pronto
trayéndome sol y arena,
dejándome mar en manojos.
Para que tu sol se mezcle
con la miel de mi rostro,
para que no quieras irte
como esos veleros tontos
que parten sin rumbo alguno
dejando salitre en los ojos.
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