Una vez más la ira se desata
y arrebata los rincones de esta casa
me siento oprimida y traicionada
presa de mi suerte, mala suerte que me abraza.
Bajé un mínimo la guardia
pero veo que la trampa estaba armada
sostenida de mentiras disfrazadas
y yo conmovida la ignoraba.
Daré rienda suelta a la venganza
que cicatrice hasta curarme el alma
que otra vez la tengo envenenada
que me brota y es mejor así, que guardarla.
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