Aunque ya hace horas
el sol monto
por el canto del horizonte
para alcanzar el día,
para mí aún es
apenas la madrugada
e intento todavía
conciliar el sueño
que se me escapó
de entre las sábanas.
No sea que le reste
fuerza, este insomnio,
a mi batalla
quitándole parte de la noche
a mi descanso,
tendiéndome una trampa.
Estafa del día perfecto
cuando todo sigue siendo
infecundo en esta
tierra
agrietada por el viento.
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