jueves, 14 de julio de 2011

EN OTRAS LATITUDES

Podrían las coordenadas cambiar tu espíritu
o las tenues primaveras no provocar tu verano.
Más no sólo es tu geografía, somos el ímpetu,
la savia que recorre tus calles llenándola de encanto.

Nos dormiríamos abrumados en un frio invierno
o avivaríamos en reuniones nuestros días.
El fruto de la cebada a temperatura cero
o con aguardiente las venas calentarían.

Forjaríamos carácter infranqueable
como los escabrosos fiordos de tus costas
incomparables con dóciles orillas,
nuestros modos, dejándose llevar por mansas olas.

Inimaginable, imposible que podamos,
inadaptados por fuera de este marco
de vastos ríos cejándonos el paso
y el corazón atrapado por su encanto.

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