jueves, 21 de junio de 2012

AVE EN LIBERTAD


Nació al calor de su madre, en su jaula.
Sus primeros saltos, sus primeros silbidos allí resonaron.
A poco de eso, se sintió dueña cuando a otra jaula la pasaron. Feliz  trinaba en las mañanas y con el paso de las horas, el canto silenciaba.
Después hubo otras voces, otros rostros y otras manos la cuidaban y el ave radiante siempre cantaba.
Pasó de una cárcel a otra, cada vez más bella, cada vez más sola.
Cantó sinfonías preciosas, hasta notar su verdad.
Todo lo dio y nadie se animó a darle lo único que necesitaba.
Un día gris, amaneció la tristeza en su celda. Las plumas breves se soltaban con el viento, el pico cerrado y los ojitos abiertos…
Ahora es libre y canta en el cielo.
Qué pobres los hombres que no entendieron que al dejarla libre, ella volvería, que nunca se iría su cantar eterno.


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