Depuse ya las armas
pensando que vendrías,
qué harás conmigo esta noche,
cuéntame que es cosa mía.
Que si te dejo y te atreves
nos aremos compañía
de esa que no se comenta
cuando llega el nuevo día.
Que nos pasamos lo días
de guerras y solitarios,
de dolores y de heridas
de que me estabas curando.
Que me venías juntando
los pedacitos trisados,
que bien ha quedado todo esto
qué buen pegamento has usado.
Tanto que al devolverme a la vida
el deseo también ha despertado
y ahora qué harás con eso
si las armas has dejado.
Te tengo donde quería
desarmado y a mi antojo
ahora toda llena de vida
pero no temas, ven pronto…
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