Voy a necesitar más de lo esperado
en este mi refugio
pues las heridas supuran sin enmienda.
Aquí en este recodo olvidado del mundo
me siento segura
y es posible cerrar los ojos
y andar de noche aún a tientas
por estas galerías cinceladas en mi memoria
con la confianza de saber
que aquí no estoy perdida
como allá, afuera.
Quizás debiera conseguirme un bálsamo
pero todo lo que tengo es una flor marchita
como todos mis sueños,
áspera como todos mis males y sin aroma.
Sólo el recuerdo de su color
me trae una vieja melodía
que quizás baile o quizás debió ser mía
pero se gano en los recuerdos de otra mente
con otra figura.
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