martes, 2 de enero de 2018

APRENDI

Aprendí que un mismo hecho puede causar alegría, pero también dolor y que  es por eso que podemos diferenciarlos.
Que no siempre es necesario ser el último orejón del tarro, sino que ponernos primeros algunas veces, también es importante y no por ello somos peores personas.
Porque aprender a satisfacer necesidades propias, no significa desatender a otros, al contrario, al sentirnos a gusto con nosotros mismos, haremos las cosas de mejor gana y le agradaremos más a todos, aunque ese no sea el motivo ni el fin.
A no dejar mis cosas para después, también son trascendentes, aunque a los demás no les interesen o vean cuan positivas puedan ser. Si yo las considero significativas, es suficiente.
Aprendí que el amor tiene demasiadas facetas, más de las que imaginaba y que amar es un acto individual, donde el que se beneficia es uno mismo, por cómo nos hace sentir, por cómo hace aflorar lo mejor de nosotros, porque nos mantiene en ese estado de jovial alegría.
Aprendí a permitirme conocer gente nueva que, sin querer, resulto que tenían  sueños similares a los míos y que podemos hacernos compañía en el camino.
Aprendí que el amor puro y verdadero existe, que a veces llegamos a conocerlo, que algunos tenemos la dicha de encontrarlo, sabiendo que existía a ciencia cierta en algún recodo del universo.
Que hay alguien exacto para cada quien, sólo es cuestión de coincidir en el tiempo y espacio adecuados .
Hoy aprendí a vivir un poco mejor mi paso por este mundo, mi existencia.

Hoy aprendí a dar gracias por mi vida y porque tú existes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario