Algún día lograre
acostumbrarme
a no sentir el vació de tu
ausencia
que a diario me provocas
cuando partes
cuando miro la largo de mi
fecha.
Es entonces cuando empiezo
a extrañarte,
revivo cada palabra y cada
instante
que me diste poco antes de
marcharte
y me envuelve tu amor como
un amante.
Convierto el tiempo muerto
de tu ausencia
en capítulos inconclusos
de entelequia
que se harán reales a tu
regreso,
no demores, así le damos
existencia.