encontré el mío
sufriendo con otra historia
armé la mía
soñando amores inmortales
mate el nuestro
armando día por día
toda mi vida.
Miré las huellas dejadas
desconocidas,
la ira y la agonía
de aquellos días
el fuego consumió todo
hasta la herida
hasta la sangre seca, pegada
espesa, engullida.
Llego el sosiego a mi paso
a mi guarida,
nada perturba el sendero
que liso y llano
me abro por esta jungla
de frío y llanto.
Mis ojos en el camino
sin final consumado.
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