Los vocablos se acumulan en mi cuerpo
y me piden que les dé una salida
más es tiempo ingrato que no encuentro
ni terreno en que repose mi poesía.
Se llegan a la punta de mis dedos
e intentan asirse por las mangas
colándose en breves borradores
que se irán con todo lo que falla.
No logro que traspongan mis labios
ni guíen mi diestra en la hoja
ni abandonen la nube que oculta
lo que quiere escapar a toda costa.
Me rindo, ya no puedo retenerlos
y me dejo llevar por lo que salga
que se mueva mi mano como quiera
que platiquen mis letras y mi alma.
